Uno
de los grupos donde el Trabajo Social interviene es en la Juventud. Un término
que desde hace pocos años ha comenzado a tomar gran relevancia en la sociedad, en
especial por el incremento de la participación de este grupo social, el
accionar de la academia en cuanto al despertar y rompimiento de esquemas
culturales, sociales y religiosos, y sin duda el retroceso que la familia ha
tenido como institución y primer agente formador.
Varios
textos indican que la juventud esta globalizada, uno de ellos es Desarrollo
Humano de Diane Papalia, del cual se toma el siguiente fragmento: “En la actualidad
los jóvenes viven en un vecindario global, una red de interconexiones e
interdependencias. Alrededor del planeta se extienden casi de inmediato bienes,
información, imágenes electrónicas, canciones, entretenimiento y modas……En
Nueva Zelanda los jóvenes maorís escuchan la música afroamericana de rap para
simbolizar su separación de la sociedad adulta”. Lo anterior permite sintetizar
lo que está ocurriendo con los jóvenes alrededor del mundo, el boom de los
medios de información ha permitido que durante las 24 horas cada continente se
encuentre conectado con los demás, el conocimiento de otras regiones, su
cultura y su historia ha hecho que se identifiquen jóvenes de un lugar con la
música e historia de otra región y se compartan los mismos signos de expresión,
lenguaje y formas de vestir. Sin duda el avance de esta población ha ido
creciendo de forma veloz, se han roto esquemas acerca de la obligación de los
niños a ser adultos omitiendo la adolescencia y juventud, desde pequeños
tomaban roles y responsabilidades inadecuadas para su edad, estas dificultaban
su desarrollo y su proceso de aprendizaje.
Para
el Trabajo Social nace un reto y la necesidad de replantear, formular nuevos
modelos y enfoques de intervención que se adapten a los grupos juveniles
actuales, debe primar el interés por realizar un estudio completo que contemple
todas las ramas de la ciencias humanas, pero que a su vez tenga un enfoque
diferencial que permita reconocer las necesidades individuales de esta
población, obtener un diagnostico completo para poner en acción los planes de
intervención con la juventud. Comenzando por crear la conciencia de que la
juventud no es un estado en que los seres humanos no hacen otra cosa que
cometer errores, sino por el contrario un tránsito de total aprendizaje y
formación, se debe comprender que por lo general se ha etiquetado y hasta
excluido a esta población creyendo que no tienen los elementos intelectuales
para aportar a la sociedad, es por esto que en varias ocasiones muestran
resistencia al contacto con personas que no pertenezcan a su grupo social,
necesario conocerlo para tomar herramientas que permitan al Trabajador Social
acercarse y entablar una relación profesional.
El
Trabajador Social debe partir de que esta población es vulnerable y es justo
allí donde es de carácter imperativo el nivel de Prevención, en la realidad
actual se ve claramente como los jóvenes caen en el consumo de drogas, el
desinterés por continuar con los estudios, la falta de proyección en busca de
un camino laboral, el aumento de la violencia, la búsqueda desesperada de
pertenencia a un grupo donde sientan protección, escucha y afecto porque su
familia no les brindo estos elementos fundamentales en el desarrollo integral
de todo ser humano. Se trabaja el nivel de Prevención para que los jóvenes
durante esta etapa descubran todos los recursos internos y externos que poseen,
que éstos se potencien y se pongan en
práctica, cabe resaltar que el rol de la familia debe volver a fortalecerse y
cumplir con las responsabilidades que tiene frente al cuidado integral de los
jóvenes, es tarea del Trabajador Social integrar los miembros de la familia y
las instituciones que contribuyan al desarrollo de esta población.
Es
necesario no solo para el Trabajador Social, sino para todas las personas en
general, el reconocer que la sociedad es cambiante y que requiere de nuevas
ideas y propuestas que contribuyan al desarrollo, al cambio social, a la
justicia e igualdad, para que estas dejen de ser una utopía. Por lo tanto no se
debe pretender que los jóvenes sigan todas las normas sociales con las cuales
no están de acuerdo y que por esto se les excluya y etiquete de rebeldes,
anarquistas e incluso satánicos, sino que, experimentan una forma diferente de
interpretar y vivir su contexto, siempre y cuando no se vulneren los derechos
de las demás personas que quieran seguir el orden actual.
Para
complementar los factores a tener en cuenta mencionados anteriormente, se debe
resaltar que uno de los puntos indispensables en el momento del Trabajo Social
con jóvenes es la Inclusión en cuestión de raza, género y discapacidad, es
justo aquí que el enfoque diferencial permite cubrir las necesidades de los
jóvenes a los cuales según estos tres factores se les ha excluido y de cierta
manera prohibido la interacción con otros jóvenes. En especial la violencia
contra la mujer, el racismo y la discriminación física, requieren una
reivindicación de derechos y una apertura a la participación y expresión que
permitan seguir construyendo la juventud.
Para finalizar,
el Trabajador Social debe tener las habilidades de abordar esta temática de
manera holística, diseñar e implementar planes, programas y proyectos,
políticas públicas que apunten a reivindicar los derechos de los jóvenes,
apoyándose en las herramientas de investigación, lo que las demás ciencias
sociales aportan a la profesión y la parte ética, indispensable para obtener de
forma correcta los objetivos de intervención, con el fin de Promover los
valores, la igualdad, colectividad y aceptación unos a otros sin importar raza,
genero, credo u orientación sexual, política y filosófica, utilizando la
intervención a nivel individual, familiar, grupal, comunitario e institucional.
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