lunes, 13 de mayo de 2013

EN DEFENSA DE LA EDUCACION


La educación es algo que nos interesa a todos, es el futuro para nosotros y para nuestros hijos, ella te abre la mente y por ello salimos todos los estudiantes de las universidades públicas e incluso privadas, en defensa de la educación.
El día 7 de abril del año 2011 en la cuidad de Bogotá alrededor de las 10:30 am  se realizó una marcha por parte de los estudiantes universitarios del centro del país y algunos que provenían de algunas universidades fuera de la ciudad, en contra de la propuesta a la reforma de la ley 30 de la educación superior, en la cual se pretende que las universidades públicas reciban inyección de capital por parte del sector privado.
Para los estudiantes y para el cuerpo docente fue de gran desilusión enterarse de esta reforma que “propone” el gobierno, en la cual se le quita toda la autonomía a la universidad, en pocas palabras se privatiza la educación, pues se permite la entrada de capital privado en las universidades públicas, precisamente lo público que es importantísimo para los ciudadanos desaparecería con esta reforma, se establecerían nuevos lineamientos en los que solo las universidades que tengan determinados programas de pregrado y posgrado reacreditados por supuesto, podrán sobrevivir. 
Se busca que esto se haga posible mediante la financiación de las universidades públicas por medio del sector privado. El gobierno ha garantizado que esto no violentará la autonomía de las universidades, pero ante los ojos de la comunidad universitaria es evidente que si se llega a aprobar tal como se dice, esta autonomía se empezará a perder poco a poco hasta que las universidades se conviertan como dice Karl Marx en “fábricas de mano de obra”.
Lo anterior, deja a las universidades pequeñas en una pésima posición, pues en este país quienes tienen el capital privado son unos pocos y es obvio que no invertirán en este tipo de universidades debido a su reducido territorio, prestigio y número de programas. Invertirán en las universidades grandes con “prestigio”, esto quiere decir que el costo de cada semestre de educación será altísimo y por ende solo lo podrán cubrir los dueños de este tipo de capital, dejando como única opción para los demás, el ser técnicos y hacer parte del sistema capitalista sirviendo de mano de obra barata.
 Por ello, tanto estudiantes como profesores dicen que sí se necesita una reforma a la ley 30, pero que el sector privado si llega a inyectar capital a las universidades  querrá implantar normas que sean acordes a sus ambiciones y esto va a provocar que tanto el debate como las ideas y la libre expresión con el tiempo se pierdan y todo ese cultivo de saber quede en el olvido.

En los últimos días han venido hablando los rectores de las universidades públicas y los representantes de los estudiantes universitarios con los delegados del Ministerio de Educación, para revaluar la propuesta y hacerle varios ajustes de tal forma que la autonomía universitaria se proteja y se respete como tal, que el Estado responda ante un deber con su pueblo y que no intente evadir esta responsabilidad, delegándola a terceros.
Por esta razón, los estudiantes universitarios y los sindicatos de docentes universitarios marcharon en defensa de su educación, la cual es un derecho y no una mercancía, con fuertes gritos, cantando sobre los problemas de la sociedad y con camisetas significativas de la marcha, salieron a recorrer la carrera séptima hasta la Plaza de Bolívar en el centro de Bogotá, para expresar su inconformidad con varias de las políticas del gobierno netamente capitalista e insensible que se ha tomado el país desde hace ya varios años.
Para aquellas personas que desconocen la reforma y los motivos de la manifestación, piensan que es un gran avance para la educación y que los universitarios son rebeldes y bandoleros que quieren llamar la atención por medio de la violencia y el escándalo público, esto se debe precisamente a que su única fuente de información son los medios de comunicación, éstos dan la información que conviene al gobierno y siguen apoyando la esclavización a la que se quiere someter al pueblo colombiano.
Pero las universidades siguen dando la lucha por sus derechos educativos, por medio de conferencias, debates, ponencias, etc., para informar a las personas sobre las consecuencias que traerá el que se apruebe esta reforma para motivarlas a que salgan a las calles a exigir sus derechos.
De esto se concluye que la reforma a la ley 30 de educación superior en Colombia debe hacerse, pero antes se debe consultar con los directamente involucrados, sin mantenerlos alienados a este proceso de reestructuración, teniendo en cuenta lo más importante que es que no se vulneren los derechos de la universidad en general, que se tenga en cuenta para que se tomen decisiones en ella misma y que todos sus miembros tengan voz y voto en estas decisiones, ya que de lo contrario lo que se lograría sería una crisis educativa, impartiendo una cátedra puramente técnica.

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